Un hombre esbelto, alto y
musculoso, la miró de pronto en forma sensual y apasionada con sus
grandes ojos negros. Luego, mientras la alzaba delicadamente de la
cintura en el lugar donde ella se encontraba, fue complaciendo sus cálidos y sensibles dedos sobre su cuerpo desnudo. Finalmente, en medio de
todo aquel delirio, dijo con voz excitada de placer:
― ¡Jaque
mate!, depositando suavemente sobre el tablero a la bella dama de
marfíl.
Finalista IV Concurso de Minicuentos.
Incluido en el libro: Calor de tus palabras.
Mundo Escritura . España. Noviembre 2018.
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