22/6/23

Un mundo de ensueño

Si por un momento Dios me diera la potestad de poder reinar sobre el tablero del mundo, trataría que la humanidad pueda vivir en paz, en un mundo donde impere la libertad y la justicia, rodeada de bienestar y felicidad.

Un mundo donde no haya discriminación, por color de la piel, sexo, nivel social, nacionalidad, creencias religiosas, o formas de pensar. Un mundo sin guerras ni odios, donde las diferencias siempre se diriman sentados juntos en la mesa del diálogo. Un mundo en el que prive el sentido de la hermandad, la solidaridad y la justicia social. Un mundo de trabajo donde se haya erradicado el hambre y la pobreza.

Un mundo donde la ciencia siga evolucionando para vencer a las enfermedades y que en su desarrollo tecnológico no afecte al medio ambiente. Un mundo donde prive el amor y que las únicas ambiciones del alma del hombre sean la educación, la cultura, el arte y el deporte. Un mundo donde todos los seres humanos sean iguales ante la ley, puedan unir sus manos entre sí y cantar por siempre la palabra libertad. 

Si Dios me obsequiara la potestad de poder reinar en el tablero del mundo, cuantas cosas buenas podría hacer para la humanidad. Pero lamentablemente solo soy un rey del juego de ajedrez y como ha terminado la partida porque me han dado jaque mate, ahora me están guardando en la caja, envuelto en la oscuridad y el silencio.