18/8/23

Reflexiones de un rey blanco

Existen muchas alternativas cambiantes en el desarrollo de nuestro romance en esta partida de ajedrez. El jugador de las blancas trata con obstinación de evitar que se me acerque mi amada dama negra. Pero si bien el jugador busca separarme, sin que él lo sepa, yo ansío desesperadamente que finalmente fracase en su empeño, para que entonces pueda sentirme jaqueado dulcemente por ella.




17/8/23

Ajedrez bajo un pino

Preparo mi juego bajo un pino

una mañana de primavera,

mientras bebo unas copas de vino

sobre una mesita de madera.

Y cuando una buena estrategia hallo

que se sustenta en la teoría,

le doy un fuerte abrazo a su tallo

algo ebrio al llegar el mediodía.






15/8/23

El don de la vida

Si Dios me obsequiara el don de la vida, trataría de disfrutar sobre el tablero del mundo jugando al ajedrez contra el caprichoso destino, aprovechando la esencia del tiempo. Viviría enamorado del amor por el ajedrez y me alegraría al ver la sonrisa de un niño jugando. Y si un día el destino de mi vida fuese amenazado, avanzaría siempre hacia adelante con coraje y convicción y al dejarlas atrás, comenzaría a sonreír. 
Si Dios me obsequiara el don de la vida, disfrutaría de los sonetos de ajedrez de Borges, las composiciones artísticas de Troitzky y y la inmortal polaca sería la partida que le ofrecería a la luna. Y al igual que un poeta, el placer estético cautivaría mi espíritu, porque las combinaciones y algún sacrificio brillante serían mi poesía. 
Si Dios me obsequiara el don de la vida, aunque los años pasaran nunca dejaría de jugar al ajedrez. Pero lamentablemente solo soy un pequeño peón de plástico y como ahora ha terminado la partida, una mano me están guardando en una caja, envuelto en la oscuridad y el silencio.




12/8/23

Pasión al futuro

Si les aqueja un jaque mate

hay otra partida que llega,

apróntense para el combate

con mucho ardor y una fe ciega.

La nueva partida será

mas encarnizada es seguro,

y otras bonanzas traerá.

¡Pónganle pasión al futuro!




4/8/23

Vieja planilla de ajedrez

Luego que ayer la vi pasar sin que me reconociera, pensé que seguramente habría sido porque ha cambiado mucho mi fisonomía con el transcurrir del tiempo. Entonces, se me ocurrió una idea loca. Busqué en un cajón del bargueño una vieja planilla de ajedrez. El papel, manuscrito con letra infantil con la antigua notación descriptiva estaba ya amarillo. Pensé en enviársela en un sobre con el texto: “Hola, te mando la planilla de la partida que jugamos en aquel torneo de la escuela que conservé de recuerdo. Quiero contarte que me dejé ganar colgando una pieza, porque estaba enamorado de vos”. Me reí al imaginar lo que pensaría ahora ella al enterarse de esto después de tanto tiempo. Pero recapacité y la guardé. Quizás otro día se la mande.