23/9/17

Recuperarse del otoño

Mirando abstraído las hojas caídas en el parque, el abuelo piensa que también para él llegó el otoño de su vida Recuerda que le han salido más canas y arrugas en la cara y que tiene un color mustio en la piel. Tratando de escapar con su mente de esa tristeza que lo envuelve, imagina que sería muy lindo rejuvenecer como los árboles con sus hojas y flores cuando vuelve la primavera. ¡Que bajón tiene el abuelo! Su pequeño nieto le acaba de dar mate jugando al ajedrez en un banco del parque.
 
 



















Finalista IV Concurso de Micronarrativa. Otoño.
Publicado en el libro: Pisaje otoñal.
Concursos Literarios en Español. España. 
Noviembre 2019.

15/7/17

Devolución y cambio

Estaba tratando de comprarle un regalo a mi pequeño hijo y entré en una juguetería en una galería comercial del centro.
― Hola, estoy buscando algo para un chico de seis años ―,  le dije a la vendedora.
― Ah, muy bien. Aquí tiene un pequeño dinosaurio que está promocionado en la televisión y que se vende mucho. Se desplaza en forma remota profiriendo unos alaridos y es para un chico de hasta siete años de edad.
―  Está bien lo llevo ―, le dije.
― Mire que necesita pilas para el comando y ellas no vienen incluidas ―, me aclaró la vendedora.
― De acuerdo, colóquelas que las llevo.
― Escuche como suena ―,  me dijo la vendedora luego de instalar las pilas.
― Está bien, pero apáguelo por favor que me aturde ―, le contesté.
―Si tiene algún problema dentro de la semana se lo cambiamos trayendo la factura de compra, me dijo finalmente.
Al salir, pensé que el nene haría tanto ruido jugando con el dinosaurio en el departamento que no sólo me molestaría a mí, sino también a los vecinos y entonces decidí retornar a la juguetería.
Hoy mi hijito y yo nos estamos divirtiendo con un hermoso juego de ajedrez que si bien no está promocionado por la televisión, no consume pilas y no produce ese ruido espantoso.




13/6/17

El ajedrez de la vida

Son pocas las piezas de dos colores
que están en el tablero despoblado,
quedan un rey postrero en cada lado
torres y unos peones agresores.

Sufriendo los jaques acosadores
al final un rey triunfa alborozado,
mas por la larga lucha que ha efectuado
son muy breves momentos seductores.

También en el devenir de los días,
los hombres son felices al vencer
en sus claras y oscuras biografías.

Pero igual que el rey deben padecer,
y al fin de sus vidas las alegrías
son solo instantes del acontecer
 

 
 
 
 



Finalista VIII Concurso de Sonetos. La lupa.

Incluido en el libro Duda.

Mundo Escritura. España. Noviembre 2022. 

11/6/17

Ajedrez y magia negra

Cuanto más jugaba al ajedrez, menos lo comprendía. El jugador había perdido ya dos veces en el torneo del club y con seguridad en la partida de mañana quedaría eliminado. Entonces pensó que sólo un conjuro mágico podría salvarlo. Siempre se había interesado por la magia negra y en un viejo libro había encontrado instrucciones para llamar a Lucifer y someterlo a su voluntad. Nunca había probado y decidió que aquel era el momento oportuno.
Era muy sencillo, pero primero debía ponerse a cubierto dibujando un tablero de ajedrez en el piso, para que cuando llegara Lucifer no pudiera hacerle ningún daño y entonces le podría pedir lo que deseaba, sin que éste pudiera oponerse.­
Para ello, despejó la habitación retirando las mesas y sillas contra las paredes y luego con una tiza blanca dibujó sobre el suelo oscuro, el tablero protector. Después de pararse sobre él y pronunciar las palabras mágicas de encantamiento, vio ante su completa sorpresa, como se fue corporizando lentamente la figura del ángel malo iluminado por las llamas. 
 ― Siempre he sido un inútil jugando al ajedrez y quiero que me hagas ganar la partida de mañana ―, le dijo a Lucifer apenas se paró en el tablero frente a él.
― ¡Y justo a mi me lo vienes a pedir. Quedaste atrapado en tu propio conjuro! ―, le replicó Lucifer riendo sarcásticamente, mientras se lo llevaba volando hacia el infierno.
Sucedió que no había funcionado la protección del tablero que el jugador había dibujado en el piso, porque erróneamente lo había confeccionado en base a una casilla negra en lugar de una blanca en el borde inferior derecho.


2/2/17

La primera partida de ajedrez

Había una vez en un país muy lejano un gran valle rodeado por dos grandes montañas. En una de ellas se emplazaba un castillo de color blanco y en la otra uno de color negro. Cada uno de los castillos con sus torres, albergaba al rey con su reina y obispos, los que disponían de peones y caballos para realizar las tareas domésticas. La piel de los habitantes eran del mismo color de los castillos y vivían aislados y en paz.
Sin embargo, las tensiones habían crecido en los últimos años por el usufructo de los espacios del valle que vinculaban a ambos castillos. Fue así que comenzaron a delimitarse zonas de posesión exclusivas, pintándolas de color blanco o negro según los casos, hasta que llegó un momento en que la tensión llegó al máximo y la confrontación se hizo inevitable.
Por tal motivo, los reyes crearon sus propios ejércitos, convirtiendo a los peones en valientes soldados que no debían retroceder nunca y adiestraron a los caballos para saltar sobre los obstáculos que se le presentaran. Finalmente se inició la batalla en ese valle de color blanco y negro, sobre el que se jugaba el destino de los habitantes de ambos castillos. 
Esa confrontación disgustó a Dios y al ver desde el cielo aquel espectáculo de espacios blancos y negros, con su inspiración divina creó el juego de ajedrez para resolver el problema. Luego llamó a ambos reyes, les pidió que suspendieran la disputa. Entonces, enseñándoles las reglas del juego sobre un tablero blanco y negro, les propuso dirimir el diferendo en una partida para evitar el derramamiento de sangre. El que ganara se quedaría con las tierras, pero si empataban deberían comprometerse a llegar a un arreglo y firmar la paz. Ambos reyes aceptaron la propuesta, y le pidieron un plazo de treinta días para prepararse en el estudio del juego.
De esa manera, luego de una intensa práctica, al concluir el plazo establecido, en aquel país lejano se disputó la primera partida de ajedrez de la historia de la humanidad. Sobre un pequeño tablero blanco y negro resplandecieron las piezas que representaban a los contendientes y las jugadas realizadas por los reyes de los respectivos castillos crearon hermosas combinaciones.
Sin embargo, Dios intervino sutilmente en la mente de los reyes, ayudando con su infinita inteligencia a uno y otro en la contienda, de modo que se fueran diluyendo las posiciones ganadoras, hasta que finalmente quedaron en el tablero sólo las figuras de los reyes en completa igualdad.  De ese modo, la primera partida de ajedrez disputada en el mundo fue tablas. Entonces, los reyes cumplieron su palabra y decidieron firmar un pacto de paz y amistad para siempre, repartiendo el valle en partes iguales y desde entonces, los reinos blancos y negros viven felices en sus respectivos castillos.
Y desde aquel día en que Dios creó el juego de ajedrez, en una trama de tiempo sublime e inmortal, todos hombres del mundo pueden disfrutar de una confrontación en paz, envueltos en el goce estético de un errante laberinto de sutiles y hermosas combinaciones.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado.