2/9/19

El mejor jugador de ajedrez del mundo

Cuando comencé a enseñarle a jugar al ajedrez a mi hija de ocho años, la niña cometía unos errores muy groseros, típicos de todo principiante. Por tal motivo, yo me equivocaba expresamente, como forma de continuar con el juego, con el propósito de inculcarle en forma didáctica las vicisitudes y características del juego.

Por suerte, cuando en el final de la partida la pequeña daba vueltas y vueltas dando jaques con dama y rey a mi solitario rey, encontró sorpresivamente la forma de propinarme el ansiado jaque mate definitorio. Al terminar el juego, la nena quedó muy emocionada con el triunfo, y abrazándome me dijo:

ꟷ Estoy muy contenta porque le gané a mi papá, que para mí, es el mejor jugador de ajedrez del mundo.

Entonces le sonreí con cariño y tratando de demostrarle cierta incredulidad, le pregunté:

ꟷ ¿Cómo lo sabes? Si tú no conoces como juegan los otros papás del mundo.

Fue allí, cuando me sorprendió la respuesta de mi hija:

ꟷ Es que no me hace falta conocer a ninguno de ellos, porque tú eres el único papá que tengo en el mundo.


 

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