— ¿Abuela, estoy progresando en el ajedrez?—, le preguntó la niña.
— Si, pero tienes que mejorar mucho, porque en esta partida eres un desastre —, le contestó la anciana con un tono implacable, mientras le comía la dama con una sonrisa vengativa.
En ese momento apareció la madre de la niña, quien al ver la escena, le recriminó severamente:
— ¿Qué necesidad tienes de tratar así a la chica?
— ¿Ah, sí? No sabes la paliza que me propinó esa mosquita muerta en las dos partidas anteriores.
Finalista X Concurso de Microrrelatos. Nuestros mayores.
Incluido en el libro: Se hace otoño.
El Muro del Escritor. España. Noviembre 2024.