28/9/19

Libro exitoso

El anciano había asistido a la presentación de un exitoso libro de problemas de ajedrez, que se realizó en el auditorio municipal de la ciudad por parte de un joven compositor artístico. Se estaba retirando muy compungido porque él también era compositor y nunca en su larga vida había tenido esa suerte, cuando de pronto vio pasar junto a él a Caissa la Diosa del ajedrez y entonces le descargó su tristeza.
— ¿Por qué no me ayudas para que el libro de problemas que yo he publicado, tenga la misma difusión que esa obra?
La Diosa lo miró sin detenerse, y apresurando su paso, le contestó.
— Te adelanto que justo dentro de un año en este auditorio y a esta misma hora, ese joven compositor dará una conferencia detallando tu trayectoria ajedrecística, en la que elogiará muchísimo ese libro que has publicado y yo estaré allí presente para celebrarlo.
—¡Que bueno, te lo agradeceré mucho!
— Agradécemelo ahora, porque el año que viene ya no lo podrás hacer, le dijo la Diosa mientras se alejaba sonriendo.

 

26/9/19

Una mujer ideal

El maestro de ajedrez se contactó por Internet con una experta en informática para que le resuelva algunos inconvenientes que tenía para jugar al ajedrez on-line con su computadora. Era una mujer muy hermosa que le solucionó rápidamente el problema. Después se sentaron en el sofá y tuvieron una larga charla cordial e inteligente, donde ella le dijo que no tenía ningún compromiso.
— He sido un jugador exitoso, pero ahora que me he retirado, vivo en completa soledad y durante estos últimos años el juego de partidas de ajedrez on-line ha sido mi única distracción —, le confesó el maestro.
— Que bueno, entonces podemos jugar una partida dado que a mi realmente me apasiona jugar al ajedrez. Pero antes te puedo preparar algo exquisito para comer, porque te comento que además de ser una experta en informática, soy una excelente ama de casa y cocino como los dioses,— le propuso ella con una amplia sonrisa.
— Por favor, quédate a vivir conmigo, porque ya al conocerte me he dado cuenta que eres la mujer ideal para mí.—, le pidió el maestro en un arrebato desesperado, mientras ella lo miraba sorprendida.
— Que quieres que te diga, si bien eres un hombre algo maduro, me has resultado muy agradable y simpático—, le contestó.
— ¿Pero que pasaría con tus deseos sexuales, si acepto tu proposición? — , le preguntó luego bastante expectante.
— Es que a mi edad solo busco una compañía que me brinde cariño y comprensión, aunque debo reconocer que me hubiera gustado mucho hacer el amor contigo—, le contestó él.
— Se ve que eres un hombre muy sincero y me has tratado como lo que realmente soy,  una ginoide creada con la apariencia y los sentimientos de una mujer—, le dijo ella con una sonrisa de aceptación, mientras percibía en su conciencia virtual que se estaba encariñando con él.

 



19/9/19

Sacrificio salvador

El jugador de ajedrez había ganado su primera partida en el torneo. Como quería seguir en esa senda, en la siguiente partida jugó en forma demasiado agresiva en la apertura, hasta que la fría realidad le hizo ver al entrar en el medio juego, que su ataque había sido prematuro. En ese momento de desesperación, intuyó que sacrificando un caballo podría tener alguna esperanza de ganar, porque de lo contrario, su ataque se diluiría por completo.
Luego de realizar valientemente el sacrificio, surgieron durante las jugadas siguientes muchas más variantes de las que hubiera imaginado que existían. Hasta que por suerte para él, en medio de la zozobra que fue prorvocando la complejidad de la posición, al producirse unos tensos cambios de piezas, logró finalmente triunfar en esa emocionante partida.
En el tradicional análisis post morten que realizó con su rival, se acoplaron varios espectadores, que comenzaron a preguntarle que habría respondido ante otras hipotéticas jugadas. Fue allí que mientras trataba de explicarles, el jugador fue haciendo aún más descubrimientos de posibilidades, que ni por asomo había considerado.
Finalmente, cuando con un cierto engreimiento les mintió que había visto esas combinaciones sobre el tablero, todos quedaron satisfechos por sus aseveraciones. Pero en el fondo de su alma sabía que realmente había ganado solo por haber tomado esa valerosa determinación, dado que ese sacrificio había sido demasiado profundo, como para poder ser dilucidado por completo en el tiempo que disponía para realizar la jugada.


17/9/19

La súplica del rey

La posición de las piezas blancas en el tablero de ajedrez se fue deteriorando paulatinamente en la partida y la defensa de mi reino ya se hace insostenible. ¿Cuánto tiempo más tendré que soportar esta sucesión de jaques por parte de las agresivas piezas negras del ejército rival? Ellas me acosan permanentemente y me van conduciendo poco a poco por senderos angustiosos hacia mi muerte.
Este sufrimiento es tan lento que parece que nunca se acaba y se va tornando insoportable, por lo que le suplico encarecidamente al jugador de las piezas blancas que se apiade de mi padecer. Por favor, abandone la partida de una vez por todas, antes que reciba la inexorable estocada mortal del jaque mate. 
 
 



15/9/19

Otoño ajedrecístico

Ha llegado a mi vida otro otoño de hojas marchitas. Mis agitados años de torneos ajedrecisticos han pasado, llevándose con ellos esa apasionada primavera de trebejos que disfruté en mi juventud. Así es como lo dispone el destino, pero no cambia para nada mi dicha interior. Es que en esta fría y gris tarde otoñal, soy muy feliz enseñándole jugar ajedrez a mis nietos.


9/9/19

Engreída aspiración

El abuelo tenía poca experiencia ajedrecística , pero como era muy engreído le dijo a su nieto que ganaría un torneo de ajedrez on-line. Cuando entró en la Web que lo organizaba para jugar y pulsó “enviar” ante la mirada del niño, una señal le indicó que había vencido el plazo de inscripción. Entonces alardeó ante su nieto que por un “click” del destino no había podido triunfar en ese certamen.



3/9/19

Ajedrecistas agnósticos

Dos ajedrecistas muy amigos eran agnósticos, porque dudaban si había otra vida después de la muerte. Sin embargo, pensaban que sería realmente una pena que no fuese así, dado que dejarían de jugar al ajedrez para siempre.
Cuando uno de ellos muere, el otro que había quedado muy triste y solitario, estaba después de unos meses analizando una partida en su casa, cuando de pronto siente un dolor terrible en el pecho
Fue en ese momento, que envuelto en la sofocación, oye la voz de su amigo:
ꟷ Quiero decirte que en el cielo hay otra vida después de la muerte y que es una suerte que sea así. ¡Mañana volveremos a jugar al ajedrez!

 


2/9/19

El mejor jugador de ajedrez del mundo

Cuando comencé a enseñarle a jugar al ajedrez a mi hija de ocho años, la niña cometía unos errores muy groseros, típicos de todo principiante. Por tal motivo, yo me equivocaba expresamente, como forma de continuar con el juego, con el propósito de inculcarle en forma didáctica las vicisitudes y características del juego.

Por suerte, cuando en el final de la partida la pequeña daba vueltas y vueltas dando jaques con dama y rey a mi solitario rey, encontró sorpresivamente la forma de propinarme el ansiado jaque mate definitorio. Al terminar el juego, la nena quedó muy emocionada con el triunfo, y abrazándome me dijo:

ꟷ Estoy muy contenta porque le gané a mi papá, que para mí, es el mejor jugador de ajedrez del mundo.

Entonces le sonreí con cariño y tratando de demostrarle cierta incredulidad, le pregunté:

ꟷ ¿Cómo lo sabes? Si tú no conoces como juegan los otros papás del mundo.

Fue allí, cuando me sorprendió la respuesta de mi hija:

ꟷ Es que no me hace falta conocer a ninguno de ellos, porque tú eres el único papá que tengo en el mundo.


 

1/9/19

Partida contra la muerte

¿Por qué terminaste tan abruptamente el relato de la partida definitoria final contra la muerte, haciéndome perder con un mate inesperado, si dijiste que yo tenía mejor posición y estaba a punto de salvarme?, protestó el maestro de ajedrez, que era el protagonista principal de la historia escrita en el monitor de la computadora y había muerto debido a ese desenlace.
Al escritor le gustaban esos comentarios de protesta, porque era la prueba fehaciente de la importancia de su obra. Para él si no aparecía algún personaje capaz de rebelarse a su triste destino, su trabajo merecía ir a la papelera de reciclaje.
Es que disponía de solo ciento treinta palabras y debía concluir el cuento para presentarlo al concurso literario , le contestó el escritor.