28/10/22

Leños apagados

Envuelto en el silencio y la oscuridad, no podía conciliar el sueño en esa fría noche de invierno. Recordaba con mucha amargura la partida de ajedrez que había perdido inexplicablemente esa noche en el torneo del club. Eran como si en esa helada oscuridad del dormitorio, al no haber ganado aquella partida, se hubiesen apagado los leños que daban calor a mi espíritu ajedrecístico. Pero luego, al dormirme, en mis sueños volvieron a encenderse los leños, cuyas llamas me ofrendaban unas cálidas esperanzas.






27/10/22

Caleidoscopio de ajedrez

El jugador de ajedrez sentado tras el monitor de su notebook, observa como a su hijo le brillan los ojos de felicidad, seducido por las mágicas imágenes de un caleidoscopio, produciendo figuras de maravillosos colores. Entonces, al comenzar la partida, piensa que él también sería muy feliz, si en su notebook, las piezas se convirtieran mágicamente en un caleidoscopio de ajedrez, produciendo sobre el tablero maravillosas combinaciones.



Amor oculto

Cuando se enteró que el novio de su hermana era un enamorado del ajedrez igual que ella, presintió el delirio que le esperaba en su vida. Al verlo, comprendió que el amor a primera vista se acababa de producir y no se había equivocado. La fascinación por él fue incrementándose poco a poco jugando partidas, dado que a su hermana el ajedrez no le gustaba para nada. De ese modo, mientras la pena la iba envolviendo paulatinamente, fue tratando de disimular, manteniendo oculto su amor. Pero no es que la torturase ese sentimiento, sino la imposibilidad de alcanzarlo, y lo difícil que era tratar de ocultarlo, tratando de concentrarse en el tablero sin dejar pistas.




Elemental Watson

El asesino entra sorpresivamente en el despacho donde está Sherlock Holmes jugando al ajedrez con el Doctor Watson y escapa luego de efectuarles varios disparos. Después de unas horas de silencio, Watson escucha la voz de Sherlock Holmes.  Elemental Watson. Como no respiro, ni me late el corazón, el asesino me ha matado, pero como puedo hablarle, es evidente que soy un alma en pena. Ahora bien, como veo que me está escuchando inmóvil y sin responder a mi jugada, está claro que también a Ud. lo ha matado. Por lo tanto deduzco que en estos momentos somos dos almas en pena frente a un tablero de ajedrez.





14/10/22

Reconocimiento

Lo reconoció por ese pequeño juego portátil de cuero con fichas de encastrar de plástico, que siempre llevaba consigo. Al ver la escena sintió un vahído, se le revolvió el estómago y fue a un costado del parque a vomitar junto a un árbol. Evidentemente tenía que ser ese viejo ajedrecista que siempre concurría al parque para analizar partidas de ajedrez. El juego estaba tirado en el césped junto al cuerpo envuelto en un charco de sangre. Al llegar la policía echaron una lona sobre el cadáver.





8/10/22

Placer ajedrecístico

En ajedrez de entusiasmo rebozo

manteniendo deseos encendidos,

y en el corazón siento los latidos

cuando una línea triunfal esbozo.


Placentero y sublime es este gozo

donde mi anhelo envuelve a mis sentidos,

y al concretar los planes elegidos

mi ansiedad se convierte en alborozo.


Muy excelso y glorioso es el momento

en el que lentamente y con agrado

al rival voy dejando sin aliento.


Finalmente combino con cuidado

para lograr la meta de mi intento

que es el jaque mate tan deseado.





6/10/22

Cuando juega al ajedrez

Fue un hombre joven y hermoso, pero con los años su aspecto poco a poco se fue deteriorando. Y ahora, ya en la vejez, busca inútilmente de realzarlo. Como las arrugas invadieron su rostro, las trata de ocultar con una barba llena de canas. La calvicie insiste en encubrirla con un pelo lago y disperso. Los lentes con gran aumento, tampoco lo ayudan a mejorar su imagen. Pero cuando juega al ajedrez... ¡Ah, pero cuando juega al ajedrez, se olvida de todo y se siente otra vez joven y hermoso!





3/10/22

Compañera inteligente

Es un ajedrecista profesional que hace unos años vive con una hermosa ginoide inteligente de última generación . Es muy servicial y amorosa y realiza todas las tareas de la casa. Tiene por él una fidelidad absoluta y nunca le recrimina absolutamente nada. Todas las tardes el maestro se dedica a practicar jugando partidas con ella, que como tiene una capacidad de memoria fabulosa, casi siempre le gana.

Un día el maestro cansado de perder, le pidió durante una partida que le traiga una gaseosa y entonces aprovechó para hacerle trampa, cambiando la ubicación de una pieza en el tablero. Cuando ella regresó con el pedido, le sorprendió que ella siguiera jugando muy seria, sin formularle ningún comentario. De ese modo el maestro le ganó partida.

Esa noche cuando el maestro se fue a jugar su partida en el torneo, la ginoide se la pasó en la cama llorando, preguntándose porque el maestro la había engañado de esa manera.