Los sumerjo en un mundo mágico de cuentos y poesías de este juego maravilloso e inmortal.
28/12/19
Ajedrecista inocente
22/12/19
Viejo juego de ajedrez
13/12/19
Pesadilla ajedrecística
Yo vi a Papá Noel traerme el juego de ajedrez
Me costaba mantenerme despierto, cuando de repente, me pareció escuchar un ruido tras la ventana y al mirar, allí estaba… ¡Era Papá Noel! , el simpático gordito barbudo de traje rojo, barba blanca y mejillas rojas, transportado por renos alados, que con su bolsa de juguetes entraba por la chimenea.
Al despertarme en ese sillón entre las penumbras del amanecer, fui corriendo silenciosamente al living para no despertar a mis padres. Allí me llenó de alegría encontrar junto al arbolito, el hermoso juego de ajedrez que le había pedido.
Hoy después de tantos años de jugar al ajedrez, cuando va llegando la Navidad, estos recuerdos me llenan de nostalgias, porque aquella inocencia de mi niñez, junto con mis padres, ya se han ido, como se van las noches con sus sueños.
28/11/19
Movimiento fallido
El abuelo y el nieto sentados en el sofá del living de la casa jugaban esa tarde una partida de ajedrez, intercambiando las jugadas con una notebook. El abuelo se encontraba en mejor posición, pero no hallaba la mejor variante para poder concretar esa ventaja.
Como el tiempo corría, el niño se cansó de esperar la respuesta y aprovechó para ponerse a leer las historietas del diario, y esa actitud, sumado a esa forma de juego que era tan extraña para él, puso bastante nervioso al abuelo.
Fue en esos momentos de tensión, cuando ejecutó un movimiento fallido de peón y al pasarle luego la notebook a su nieto para que juegue, vio horrorizado como se producía el desenlace de la partida en el visor, mientras que el chico con voz aguda y punzante le gritaba: — ¡Jaque mate, abuelo!
13/11/19
Reunión importante
7/11/19
Esperando el mañana
Aterrizaron alienígenas
30/10/19
Mensaje del celular
29/10/19
Investigador fanático
Para ello pidió una licencia prolongada en el trabajo, alquiló un departamento y se puso a estudiar de sol a sol de manera solitaria el juego de ajedrez, aislándose por completo de su familia.
Estuvo varios meses desconectado del mundo y cuando ahora lo vuelvo a ver, me comenta con mucha alegría que finalmente ha logrado su objetivo, porque descubrió una manera específica para no perder nunca en el juego de ajedrez.
Lo veo tan contento contándome su hallazgo, que todavía no me atrevo a mostrarle la nota que le ha dejado su esposa, pidiéndole el divorcio.
26/10/19
El anciano criticón
Un día se produjo una conmoción en el club, cuando se enteraron que el viejo había fallecido repentinamente de un síncope cardíaco. Al conocer la noticia, el joven se apenó, aunque pensó que para él sería un alivio en su futuro ajedrecístico.
Una noche, mientras dormía después de haber perdido en una intensa partida disputada en el club, se despertó sobresaltado porque le pareció percibir la presencia del anciano junto a él. Y fue al abrir los ojos, cuando lo invadió el pánico al ver su imagen fantasmal parada al pie de su cama.
— ¿Qué es lo que quieres decirme?
El anciano acercó su espectral cara al rostro del ajedrecistas y le susurró a su oído:
El joven no lo podía creer: ¡El alma en pena del anciano criticón había vuelto desde el más allá para reprocharle como jugaba!
24/10/19
El extraterrestre
Con toda esa información partió de regreso a su planeta, no sin ante decirme que me informaría cuando difundiera el ajedrez allí. Hoy recibí un mensaje del extraterrestre diciéndome que la práctica del juego había tenido un éxito rotundo, salvo que tuvo que adaptar la nomenclatura y forma de las piezas para hacerlo más accesible, porque en su planeta no existen los reyes, torres, caballos, alfiles y peones.
16/10/19
La partida de mi vida
— Aquella quiere ser tu novia.
Seguí con la vista la dirección del dedo y apoyada en el alambrado que separaba el parque con el patio de la escuela, vi a una chica rubia que me miraba sonriendo con su guardapolvo blanco.
—Fue a partir de ese momento, cuando comencé con ella la partida de amor en el tablero de mi vida —, contaba el maestro de ajedrez a sus amigos, en la cena de celebración de sus treinta años de casado.
8/10/19
Trascendencia mediática
Por eso, cuando la Federación Nacional de Ajedrez convocó hace unos meses el torneo regional decidí prepararme a fondo. Me compré varios libros de teoría y practiqué con un programa de computadora. Estas últimas noches fui al club de ajedrez de mi barrio para jugar algunas partidas y ahora puedo considerarme sin dudas como un jugador consumado.
Sé que voy a ganar, no obstante, para asegurarme de que mi actuación en este torneo trascienda en los medios, he comprado un revólver. Estoy convencido que esta vez, de una u otra forma, todos los periódicos hablarán de mí.
7/10/19
Pasar a mejor vida
5/10/19
Partida revancha
28/9/19
Libro exitoso
— ¿Por qué no me ayudas para que el libro de problemas que yo he publicado, tenga la misma difusión que esa obra?
La Diosa lo miró sin detenerse, y apresurando su paso, le contestó.
— Te adelanto que justo dentro de un año en este auditorio y a esta misma hora, ese joven compositor dará una conferencia detallando tu trayectoria ajedrecística, en la que elogiará muchísimo ese libro que has publicado y yo estaré allí presente para celebrarlo.
—¡Que bueno, te lo agradeceré mucho!
— Agradécemelo ahora, porque el año que viene ya no lo podrás hacer, le dijo la Diosa mientras se alejaba.
26/9/19
Una mujer ideal
— He sido un jugador exitoso, pero ahora que me he retirado, vivo en completa soledad y durante estos últimos años el juego de partidas de ajedrez on-line ha sido mi única distracción —, le confesó el maestro.
— Que bueno, entonces podemos jugar una partida dado que a mi realmente me apasiona jugar al ajedrez. Pero antes te puedo preparar algo exquisito para comer, porque te comento que además de ser una experta en informática, soy una excelente ama de casa y cocino como los dioses,— le propuso ella con una amplia sonrisa.
— Por favor, quédate a vivir conmigo, porque ya al conocerte me he dado cuenta que eres la mujer ideal para mí.—, le pidió el maestro en un arrebato desesperado, mientras ella lo miraba sorprendida.
— Que quieres que te diga, si bien eres un hombre algo maduro, me has resultado muy agradable y simpático—, le contestó.
— ¿Pero que pasaría con tus deseos sexuales, si acepto tu proposición? — , le preguntó luego bastante expectante.
— Es que a mi edad solo busco una compañía que me brinde cariño y comprensión, aunque debo reconocer que me hubiera gustado mucho hacer el amor contigo—, le contestó él.
— Se ve que eres un hombre muy sincero y me has tratado como lo que realmente soy, una ginoide creada con la apariencia y los sentimientos de una mujer—, le dijo ella con una sonrisa de aceptación, mientras percibía en su conciencia virtual que se estaba encariñando con él.
19/9/19
Sacrificio salvador
17/9/19
La súplica del rey
15/9/19
Otoño ajedrecístico
9/9/19
Engreída aspiración
3/9/19
Ajedrecistas agnósticos
Cuando uno de ellos muere, el otro que había quedado muy triste y solitario, estaba después de unos meses analizando una partida en su casa, cuando de pronto siente un dolor terrible en el pecho.
ꟷ Quiero decirte que en el cielo hay otra vida después de la muerte y que es una suerte que sea así. ¡Mañana volveremos a jugar al ajedrez!
2/9/19
El mejor jugador de ajedrez del mundo
Cuando comencé a enseñarle a jugar al ajedrez a mi hija de ocho años, la niña cometía unos errores muy groseros, típicos de todo principiante. Por tal motivo, yo me equivocaba expresamente, como forma de continuar con el juego, con el propósito de inculcarle en forma didáctica las vicisitudes y características del juego.
Por suerte, cuando en el final de la partida la pequeña daba vueltas y vueltas dando jaques con dama y rey a mi solitario rey, encontró sorpresivamente la forma de propinarme el ansiado jaque mate definitorio. Al terminar el juego, la nena quedó muy emocionada con el triunfo, y abrazándome me dijo:
ꟷ Estoy muy contenta porque le gané a mi papá, que para mí, es el mejor jugador de ajedrez del mundo.
Entonces le sonreí con cariño y tratando de demostrarle cierta incredulidad, le pregunté:
ꟷ ¿Cómo lo sabes? Si tú no conoces como juegan los otros papás del mundo.
Fue allí, cuando me sorprendió la respuesta de mi hija:
ꟷ Es que no me hace falta conocer a ninguno de ellos, porque tú eres el único papá que tengo en el mundo.
1/9/19
Partida contra la muerte
26/8/19
Recuerdos ajedrecísticos
Recuerdo que durante un buen tiempo de mi niñez, el ajedrez era el único pensamiento que llenaba mi mente por completo. Mis pulmones respiraban ajedrez y la verdadera expresión de mi ser se manifestaba cuando mis manos entraban en contacto con las piezas. En ese tiempo pensaba que estaba naturalmente dotado para el ajedrez y que había nacido para triunfar en los trebejos.
Un día que se había organizado una práctica amistosa de ajedrez infantil en las vacaciones de la escuela, estuve durante toda la tarde jugando entusiasmado. Tenía tal grado de concentración, que el resto del mundo había dejado de existir para mí, hasta que apareció de pronto mi madre llamándome imperativamente. Allí comprendí que la tarde había avanzado y hacía rato que debía haber regresado a mi casa como habíamos convenido.
Como me dio mucha rabia tener que abandonar en la mejor parte la partida que estaba jugando, hice como que no la había visto, y me mantuve sentado en la silla. Entonces, mi madre comenzó a caminar dirigiéndose hasta donde yo estaba jugando y pensé que seguramente me reprendería ante todos mis amigos.
— ¿No me viste ? Hace un rato largo que te estoy llamando —, me dijo con un son de reproche cuando llegó, pero ante mi sorpresa, noté que su rostro no mostraba signos de enojo.
— No mamá , estaba muy concentrado en la partida—, le mentí.
— Bueno, nada. Estaba muy preocupada porque no volviste a casa y te vine a buscar. Te quería avisar que me quedo un rato más charlando con una amiga de la escuela. ¿Entendiste?
— Sí, está bien mamá, ¿entonces puedo terminar de jugar la partida? — le pregunté, palpitando de antemano la respuesta.
— Sí, cuando termines nos vamos —, me dijo, mientras con su mano corría un mechón de pelo que colgaba sobre mi frente y me sonreía con cariño.
Cuando se dio vuelta volviendo sobre sus pasos, yo estaba tan feliz, que mi adversario me miró y me guiñó un ojo con franca complicidad, contento al ver que me quedaba a terminar el juego.
Para ser honesto, no recuerdo cuál fue el resultado final de esa partida, pero seguramente en esos días de mi niñez, mis pensamientos me estarían llevando hacia un mundo poblado con ansias de triunfos. Un mundo donde podía ser yo mismo, donde la verdadera expresión de mi ser se derramaba sobre un tablero de ajedrez. Un hermoso mundo infantil de un tiempo muy feliz, que junto a mi madre, ya hace rato se ha ido de mi vida, como se van las noches con sus sueños.