13/12/19

Pesadilla ajedrecística

Una pesadilla estaba martirizando al maestro en esa tarde, cuando de pronto se despertó sobresaltado sobre unos almohadones que estaban en el piso junto a las piezas de ajedrez. Con ellas, antes de sobrevenirle el sueño, había estado estudiando una apertura a emplear en la partida que debería disputar esa noche por la final del torneo de ajedrez.
Al abrir los ojos, la imagen familiar del cuarto cobró vida. Había tenido la angustiosa sensación de encontrarse en esa pesadilla en una posición perdida, de tal forma que sino se hubiera despertado abruptamente, era inevitable su triste e inexorable derrota.
Entonces se levantó como un resorte y abrió la ventana para que entrara una bocanada de aire fresco y perfumado del jardín. La tarde estaba serena, y cuando ante su vista apareció nuevamente la hermosa realidad de la naturaleza, el ritmo de su corazón fue normalizándose, mientras su espíritu se iba recomponiendo poco a poco.
Por suerte, había sido un sueño premonitorio que le había señalado claramente que no era conveniente adoptar esa apertura y esperanzado se puso a estudiar otra línea más prometedora, la que luego empleó con éxito en el encuentro que disputó por la noche.

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