― No
puedes entrar acá,
porque aún estás
vivo en la tierra ―, le dijo San
Pedro
al verlo llegar a las puertas del paraíso.
―Que
lástima, acá están los mejores jugadores de ajedrez del mundo y me
gustaría jugar con ellos ¿Estoy
vivo realmente?
― le preguntó intrigado
el maestro de ajedrez.
―
Si;
estás durmiendo en el medio de un sueño profundo y no has tenido
ningún infarto después de haber perdido la partida final del torneo
de ajedrez ―, le contestó San
Pedro
sonriendo.
Pero luego
de una pausa lo miró con
picardía.
―
¿No
recuerdas que hoy es 28 de diciembre y es el día de los inocentes?
―
¡Que
la inocencia te valga! ―, le dijo,
mientras lo invitaba a pasar
al
paraíso.
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