Anoche he perdido la partida de ajedrez y ahora estoy entristecido, analizando en medio de la soledad su desarrollo con la computadora. Lamentablemente veo que por estar inseguro y temeroso, dejé pasar acuciado por el tiempo, hermosas combinaciones ganadoras. Pero ya no se puede volver atrás y solo me queda desplegar un manto de conformismo, pensando que todo esto me servirá de experiencia para la próxima partida.
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