Frente al tablero tengo un gran dilema
y mi inspiración no alcanza a ver la huella
que dilucide la jugada aquella,
que me lleve a resolver el problema.
La posición es compleja y extrema
hasta que mi dama como una estrella,
orienta a mi mente como luz bella
para hallar una buena estratagema.
Las variantes requieren su exigencia
y cuando el plan para ganar encuentro,
busco el movimiento con apetencia.
Entonces en mi dama me concentro,
y al ser su sacrificio la evidencia
lo hago con toda mi pasión de adentro.
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