Un escritor bastante controvertido y que era muy cuestionado
en las redes, quiso incorporar en su página Web alguna obra literaria suya para
homenajear al milenario juego de ajedrez, que a él como aficionado tanto le
apasionaba.
A tal efecto, escribió un cuento sobre un jugador que ganaba las partidas realizando combinaciones mágicas que sorprendían por completo a sus adversarios. Pero al subirlo a su página, recibió entre los comentarios una queja de una Federación de Ajedrez, porque el texto no respetaba fielmente las reglas del juego.
Entonces, lo reemplazó por otro relato donde el tema era el de una hermosa mujer, que con poca experiencia en el juego, sorprendió a todos ganando un torneo masculino donde participaban destacados maestros de ajedrez. Pero en este caso, una Asociación feminista lo objetó, porque ella jugaba en bikini y en la narración se la trataba como un objeto sexual.
Por tal motivo, subió en su lugar otra historia sobre un humilde peón que desvinculado de sus compañeros, combatía para sobrevivir con valentía y decisión. Pero entre los comentarios recibió esta vez la enojosa protesta de un Sindicato, porque consideraban que el contenido de esa obra era una manera sutil y encubierta de desvirtuar la forma de lucha colectiva de los trabajadores.
Finalmente, cansado de tanta crítica, bajó ese último cuento y tomó la determinación de reemplazarlo directamente en la Web, por la imagen del gran Capablanca jugando al ajedrez. Y de esa manera sencilla, sin palabras ni cuestionamientos, logró rendir un sentido homenaje a ese juego maravilloso e inmortal.
A tal efecto, escribió un cuento sobre un jugador que ganaba las partidas realizando combinaciones mágicas que sorprendían por completo a sus adversarios. Pero al subirlo a su página, recibió entre los comentarios una queja de una Federación de Ajedrez, porque el texto no respetaba fielmente las reglas del juego.
Entonces, lo reemplazó por otro relato donde el tema era el de una hermosa mujer, que con poca experiencia en el juego, sorprendió a todos ganando un torneo masculino donde participaban destacados maestros de ajedrez. Pero en este caso, una Asociación feminista lo objetó, porque ella jugaba en bikini y en la narración se la trataba como un objeto sexual.
Por tal motivo, subió en su lugar otra historia sobre un humilde peón que desvinculado de sus compañeros, combatía para sobrevivir con valentía y decisión. Pero entre los comentarios recibió esta vez la enojosa protesta de un Sindicato, porque consideraban que el contenido de esa obra era una manera sutil y encubierta de desvirtuar la forma de lucha colectiva de los trabajadores.
Finalmente, cansado de tanta crítica, bajó ese último cuento y tomó la determinación de reemplazarlo directamente en la Web, por la imagen del gran Capablanca jugando al ajedrez. Y de esa manera sencilla, sin palabras ni cuestionamientos, logró rendir un sentido homenaje a ese juego maravilloso e inmortal.
José Raúl Capablanca, Gran maestro cubano Campeón Mundial de 1921 a 1927. Como homenaje, el 19 de noviembre, día de su nacimiento, se celebra el Día Mundial del Ajedrez.
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