Me gusta jugar al ajedrez en las
tardes cálidas de otoño, viendo las hojas que se desprenden de los
árboles y vuelan indefensas a merced de la voluntad del viento. Tal
vez se deba al recuerdo de los gratos días de mi niñez que pasé en
la casa de mi abuelo. Él me buscaba a la salida de la escuela y
luego de almorzar, por las tardes jugábamos al ajedrez en el jardín,
entre la leche chocolatada con vainillas y las hojas amarillentas de
los árboles que caían sobre el tablero.
Finalista
III Concurso de micronarrativas: Otoño.
Incluido en el libro: En la distancia.
Incluido en el libro: En la distancia.
Concursos
Literarios en Español. España. Noviembre 2018.
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