Si
en algún momento estuviese a su lado, trataría como si fuera una
dama traviesa de susurrarle palabras de amor en su oído, aunque la
guerra continuara y el campo de batalla siguiera sembrándose de
muerte. Pero aunque no sucediera ese encuentro por los avatares de la
lucha, estoy segura que viviría para siempre en mi espíritu el
recuerdo de su negra y majestuosa imagen.
Pero tuve suerte, y el destino quiso que llegue hacia él con mi corazón anhelante y entonces nos miramos uno al otro, como llamándonos a hacer el amor. Sin embargo, cuando estuve al alcance de su cuerpo, una mano asió con fuerza mi blanca cabeza, mientras el grito de ¡Jaque mate! tronaba sobre el tablero.
Pero tuve suerte, y el destino quiso que llegue hacia él con mi corazón anhelante y entonces nos miramos uno al otro, como llamándonos a hacer el amor. Sin embargo, cuando estuve al alcance de su cuerpo, una mano asió con fuerza mi blanca cabeza, mientras el grito de ¡Jaque mate! tronaba sobre el tablero.
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