4/8/23

Vieja planilla de ajedrez

Luego que ayer la vi pasar sin que me reconociera, pensé que seguramente habría sido porque ha cambiado mucho mi fisonomía con el transcurrir del tiempo. Entonces, se me ocurrió una idea loca. Busqué en un cajón del bargueño una vieja planilla de ajedrez. El papel, manuscrito con letra infantil con la antigua notación descriptiva estaba ya amarillo. Pensé en enviársela en un sobre con el texto: “Hola, te mando la planilla de la partida que jugamos en aquel torneo de la escuela que conservé de recuerdo. Quiero contarte que me dejé ganar colgando una pieza, porque estaba enamorado de vos”. Me reí al imaginar lo que pensaría ahora ella al enterarse de esto después de tanto tiempo. Pero recapacité y la guardé. Quizás otro día se la mande.




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