7/2/19

Soy un fracasado

Durante toda mi vida he sufrido numerosos fracasos y cuando eso sucede,  suelo derrumbarme espiritualmente y volver a levantar cabeza se convierte realmente en una odisea para mí. Me ha dicho el psicólogo que posiblemente esa sensación se produzca por el espíritu sobreprotector de mi madre. Ella, que cobra la jubilación mínima y la pequeña pensión de mi padre, logra actualmente con grandes sacrificios mantener mi subsistencia.
Ya desde niño, me afligía cuando la maestra me entregaba las notas de reprobación de un examen, y ni que hablar lo que padecí cuando la chica que más me gustaba me dijo que no, en la única declaración de amor que hice en mi vida.
Ahora, a los treinta y cinco años, sufro bastante cuando continuamente me desaprueban en las materias de la facultad, lo que dificulta y posterga eternamente mi graduación. O también, cuando no cumplo con las expectativas al pedir un trabajo, al darse cuenta el entrevistador que no soy el candidato adecuado que esperaba contratar.
Pero esta mañana, tuve un sueño depresivo espantoso, y me levanté con una sensación de angustia terrible que me martiriza el espíritu mucho más que todo aquello. Sucede que anoche he vuelto a perder nuevamente otra partida y estoy último en el torneo de ajedrez del club de mi barrio.

 

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