En el desván, encontré junto con otras cosas viejas desparramadas, el cajón de un antiguo bargueño, dentro del cual había un deteriorado juego de ajedrez. Entonces pensé que seguramente soñaría que volviesen a jugar con él, para poder hacer sentir a los humanos ese placer sublime que brinda el ajedrez. Ello lo reconfortaría de esa larga espera. Mientras veía sus piezas rotas y desperdigadas en el cajón, me daba lástima el pensar que tuviese tan vana e inocente esperanza.
Finalista VIII Concurso de Minicuentos.
Un bargueño para mis cuentos.
Incluido en el libro: Camino.
Mundo Escritura. España. Septiembre 2022.
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