8/1/19

Amor furtivo

Ella era una dama blanca, fría e inmaculada y él un rey negro, imperturbable e indiferente, descansando junto con las demás piezas dentro de la caja de ajedrez. Pero aquella noche cuando comenzó sobre el tablero la partida del torneo, la dama blanca y el rey negro se llenaron de pasión. Y dando eróticos jaques al ardiente rey negro, la dama blanca desató una desenfrenada danza amorosa, el que en un frenético ir y venir, fue aumentando progresivamente en intensidad.
Pero todo aquello duró muy poco, porque la dama negra celosa que estaba al asecho originó un intercambio y ambas quedaron fuera del tablero. A mañana siguiente, la dama blanca fría e inmaculada y el rey negro imperturbable e indiferente, buscaban dentro de la caja mantener el secreto de aquel amor furtivo, esperando ambos ansiosos junto a las demás piezas que llegara la noche, en la que se desarrollaría la nueva partida del torneo.



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