Con fervor en la partida me centro
y en la apertura hago bien la faena,
pero al no tomar una senda buena
en una mala posición me encuentro.
En la búsqueda de un plan me concentro
y el no encontrarlo me da tanta pena,
que ahora mi ajedrez desencadena
el gran desencanto que llevo dentro.
Una esperanza surge en un instante,
mas se esfuma carente de emoción
porque no tiene ningún fundamento.
Por eso, ante el jaqueado incesante,
no tengo en esta partida otra opción
que inclinar mi rey en este momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario