Lo miró cuidadosamente. No era la primera vez que se paraba frente a esa vidriera de antigüedades, pero nunca se había sentido atraído por nada. Sin embargo hoy era distinto. Aquel objeto dentro de ese envase le producía una sensación extraña para él y necesitaba poseerlo. Decidido, entró en el negocio y lo compró. Ya en su departamento rompió el envase y lo extrajo en forma cuidadosa, mientras leía la etiqueta externa: "Juego de ajedrez año 2023". ¡Dios mío que hermosa antigüedad! "Ahora en el siglo 22 todo es on-line", se dijo. Entonces, muy intrigado, se puso a investigar en la Web en que año se había dejado de jugar al ajedrez con piezas y tablero.
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