El niño estaba muy enojado junto al arbolito de Navidad con un rompecabezas y un trompo que le había regalado Papá Noel. Le contó a sus padres que le había pedido un juego de ajedrez, en una carta que le ayudó a hacer su hermano, pero con la condición de que no la revelara a nadie. Al oírlo, su madre le dijo que le ayudaría a escribir otra a los Reyes Magos. En tanto, su padre reemplazaba el celular que Papá Noel le había traído a su hermano, por un calzoncillo, una camiseta y un par de medias.
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