14/1/22

Alma en pena

Esa tarde me sentía muy agobiado y con mi mente en blanco, al sentarme en la barra del bar del club de ajedrez. Fue al ver su foto en la tapa de un diario que estaba sobre el mostrador, cuando palidecí y un frío sudor cubrió mi frente. El título decía que mi amigo había dejado de existir anoche en un accidente automovilístico, después de haber ganado el torneo que lo había consagrado campeón de ajedrez de la Región.

Volví a ver la foto con mis manos temblando. No cabía duda que era la imagen de mi amigo, con el que justamente ayer por la noche lo había acompañado en su coche, luego de haber  perdido la partida definitoria en ese torneo. Pero lo que era realmente extraño es que él se encontraba ahora sentado en una mesa del fondo como de costumbre.

Cuando levanté la vista, y vi que se acercaba hacia mi, me asusté.

No puede ser —, le grité al barman, mostrándole el periódico y señalándolo. Sin embargo éste ni se inmutó , e hizo como si no me hubiera escuchado.

Es que él ni nadie puede vernos, ni escucharnos. Por favor, lee completa la noticia en el diario —, me dijo mi amigo al llegar junto a mí

Entonces, constaté con asombro que mi nombre estaba entre los fallecidos




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